miércoles, junio 20, 2007

El Sufridor

Hay libros que marcan a lectores, libros en que hay que detenerse para digerir, pensar, meditar y entender lo que se lee, libros que sacan al lector de su sitio y lo trasportan, libros que tratan de decir mas de lo que está escrito, como si la intención del escritor fuese dar a entender una doble interpretación. Jamás pensé que Doña Bárbara seria uno de estos.
Quisiera, en pocas líneas, exponer como entendí la novela, y resaltar los pasajes que mas me gustaron.
Entendí que todo el mal que hizo Doña Bárbara tuvo su raíz en una gran injusticia, cuando joven conoce a Asdrúbal en el bongo que los llevaba hacia Río Negro. Ella ve en Asdrúbal el hombre que la sacaría de su vida de cocinera en medio de piratas, pero lamentablemente es testigo del ajusticiamiento de su amado y luego es abusada brutalmente por los mismos piratas a quien ella les cocinaba. Y es que la raíz de todos los males, es a causa de la debilidad de los hombres, no del Creador.
Luego Gallegos nos presenta a Santos Luzardo, un hombre formado y educado, que ya había elegido hacer su vida en Europa, que tenía como propósito ir a el hato familiar, casi abandonado, para venderlo. Pero al ver el llano, su belleza, su gente, su historia, las injusticias que allí se cometían, decidió lo mas difícil: quedarse. Cualquier similitud con la realidad de hoy en día es pura coincidencia. Como cuenta la novela, llanero es llanero hasta la quinta generación.
Durante la novela, no faltan pasajes donde Luzardo echa de menos sus amigas de la sociedad caraqueña. Y es que Santos sabía muy bien que esa decisión, tenía su costo, sabía que perdería comodidades y hasta una buena mujer para casarse.
Por su parte, Doña Bárbara a través de sus artimañas y sus secuaces, se va adueñando cada vez mas del cajón del Arauca, compra jueces, seduce a hacendados, los enamora hasta que los destruye. Cambia el nombre al hato que una vez se llamó “La Barquereña”, por “El Miedo”, el miedo es un método frecuentemente utilizado en regímenes totalitarios.
A mi papá, unos de los personajes que mas le llamó la atención fue Mujiquita. Este era el secretario del juez, en el se encarna la mediocridad y comodidad que todavía queda en algunos venezolanos. En el pasaje donde Santos, que es abogado, le exige que haga justicia sabiendo que, una decisión justa le traería problemas a Mujiquita. Santos le dice: “Tu estas aquí para complacer al a Ño Pernalete (que era el juez) y no para administrar justicia”.Y aquí es cuando viene la respuesta de Mujiquita: “Yo estoy aquí para completarles la arepa a mis hijos que la pulpería no me da completa”. Esta frase sigue escuchando, quizás con nuevas palabras, nuevos cargos, y lo que mas lamento es que quizás no es para completar la arepa de los hijos sino por enriquecimiento personal. Cuanta gente que por no perder un simple puesto público dejan pasar tantas injusticias. Y es que Doña Bárbara hizo desastres en el Llano en parte porque nadie exigió justicia, nadie se quejó.
De todas, la frase que mas me gustó es en el pasaje cuando Santos le pregunta a Antonio Sandoval, capataz de Altamira, de donde saca el llanero la fuerza para andar todo el día a caballo detrás del ganado, con el agua a la cintura y ponerle buena cara al mal tiempo. El capataz le explica a través de una moraleja. Cuenta que cuando llegó Pajarote, peon del Hato, buscando trabajo como cimarronero, llegó sin nada: sin caballo, sin silla para montar, sin fuste, sin coraza, pero Pajarote argumentaba que lo único que traía era “El Sufridor”, es decir la voluntad de pasar trabajo, de ahí viene la fuerza del llanero y yo diría del venezolano.
Finalmente, la última líneas de la novela de Gallegos, se las dedico a quienes no tienen esperanzas en futuro del país, a aquellos que se preocupan mas por el futuro que por el presente. “¡Llanura venezolana!, ¡Propicia para el esfuerzo, como lo fue para la hazaña, tierra de horizontes abiertos, donde una raza buena, ama, sufre y espera!...”

1 comentario:

Angel Alvarado Rangel dijo...

El primer párrafo esta muy bien logrado. Me llega a fondo porque estoy leyendo un libro que me esta marcando: Falke.

Dicen que es lo mejor que se ha escrito en este país en los últimos 50 años.

Se desenvuelve en la misma época en que se publica Doña Bárabara y los personajes coinciden en el mismo aspecto: su amor a la patria.

La mitad de lo novela es sobre los venezolanos en el exilio: !que amor por la patria! !por verla libre! Eran unos tozudos que no descansaían hasta destronar al bagre: Juan Vicente Gómez.

Vale la pena leerla para darnos cuenta de que estaba hecha la generación del 28, y de que seguimos estando llenos.