"Socialimo religioso, socialismo cristiano, son expresiones que implican términos contradictorios: nadie puede ser a la vez buen católico y verdadero socialista" Pio XI en su Encíclica Quadragessimo Anno
"Quien siendo bautizado, profesa una doctrina atea es apóstata, es decir reniega de la fe cristiana, y por tanto se separa de la Iglesia (...) ante la pregunta de si esta consecuencia disciplinar de la apostasía incluye al comunismo, el Santo Oficio respondio afirmativamente (Decreto del 1-VIII-1949)" Fernando Ocariz
martes, febrero 27, 2007
jueves, febrero 15, 2007
El ciclo economico
El año 2006 es un buen ejemplo de crecimiento económico impulsado por el Estado, es decir, bajas tasas de interés y gasto público. La mas ortodoxa receta Keynesiana de expasión fiscal y monetaria para generar crecimiento en el corto plazo.
El problema es que tales manipulaciones de los agregados macroeconómicos tarde o temprano pasan factura, y no precisamente en el largo plazo "cuando todos estemos muertos" como gustaba decir a Keynes.
La inflación que generó el gobierno con sus políticas le impone nuevas disyuntivas con escasos benefcios: i)enfrentar la inflación reprimida ó, ii)enfrentar la escasez con medidas que no harán otra cosa que perjudicar a los empresearios del campo y al consumidor. Ambas decisiones costosas, pero ineludibles.
Sea cual sea la decisión de gobierno, estamos viviendo el ciclo maniático-depresivo de una economía fuertemente dirigida, y controlada por el Estado.
La mejor muestra de lo que se acerca es el plan anti-inflacionario de restricción de la liquidez mometaria, el cual es el principio de mayores tasas de interés y la subsiguiente desaceleración de la economía; con la consecuente salida del mercado de algunos proyectos no viables, ante los mayores costos de financiamiento, y el lógico aumento del desempleo
Estamos entrando en la fase baja del ciclo. Se acabó la bonanza que vivimos en 2006. Habra que enfrentar sus costos.
Nuestra economía sigue funcionando con un solo pulmón: el petróleo. Hará falta la expasión del sector privado si queremos generar verdadero crecimiento económico sin fases depresivas. Y es que desde que asumió Chavez la presidencia, el crecimiento per capita de nuestra economía ha sido de solo 1% a pesar de tanto petróleo.
El problema es que tales manipulaciones de los agregados macroeconómicos tarde o temprano pasan factura, y no precisamente en el largo plazo "cuando todos estemos muertos" como gustaba decir a Keynes.
La inflación que generó el gobierno con sus políticas le impone nuevas disyuntivas con escasos benefcios: i)enfrentar la inflación reprimida ó, ii)enfrentar la escasez con medidas que no harán otra cosa que perjudicar a los empresearios del campo y al consumidor. Ambas decisiones costosas, pero ineludibles.
Sea cual sea la decisión de gobierno, estamos viviendo el ciclo maniático-depresivo de una economía fuertemente dirigida, y controlada por el Estado.
La mejor muestra de lo que se acerca es el plan anti-inflacionario de restricción de la liquidez mometaria, el cual es el principio de mayores tasas de interés y la subsiguiente desaceleración de la economía; con la consecuente salida del mercado de algunos proyectos no viables, ante los mayores costos de financiamiento, y el lógico aumento del desempleo
Estamos entrando en la fase baja del ciclo. Se acabó la bonanza que vivimos en 2006. Habra que enfrentar sus costos.
Nuestra economía sigue funcionando con un solo pulmón: el petróleo. Hará falta la expasión del sector privado si queremos generar verdadero crecimiento económico sin fases depresivas. Y es que desde que asumió Chavez la presidencia, el crecimiento per capita de nuestra economía ha sido de solo 1% a pesar de tanto petróleo.
lunes, febrero 12, 2007
La escasez
El gobierno socialista es incapaz de reconocer sus errores. La escasez de alimentos que está viviendo el país solo tiene un único culpable: el gobierno.
La alta inflación que vive el país y los controles de precios han colocado al sector alimentos del país contra las cuerdas. Con unos costos de producción cada vez mayores y unos ingresos fijados por el control de los precios, los números azules han sido barridos de los estados financieros del sector alimentos. Los beneficios merman con la subida de los costos y unos ingresos constantes. Esta situación provoca una lógica disminución de la oferta y el cierre, el algunos casos, de algunos agentes del mercado.
Ningún agricultor o ganadero está dispuesto a sembrar o a beneficiar a sus animales con beneficios nulos o negativos.
A pesar de esto, el gobierno echa la culpa a los comerciantes que, ante las escasez, ajustan sus precios ante la brecha creada por el mismo gobierno, entre la oferta y demanda que dispara los precios. Los controles más severos sobre los precios no harán otra cosa que incrementar la escasez y dar pie al gobierno para seguir culpando a los empresarios del gran problema que ellos mismos han causado.
A tal nivel puede llegar está retórica, que no nos extrañe oír el decreto de estatización de algunos empresas del sector alimentos del país en los próximos días. Es una ocasión para el gobierno para seguir destruyendo la propiedad e iniciativa privada del país.
Si ésta situación es buscada, o es simplemente ineficacia ignorante, difícil es saberlo. Lo que sí está claro es que la única manera de acabar con la escasez, es liberando los precios y enfrentando luego la inflación reprimida generada por propio Banco Central de Venezuela; el cual incrementó en 2006 el circulante dinero en la economía en un 68% para dar sensación de bonanza durante el año electoral- uno de los fraudes del 3-D.
Ahora lo que viene es inflación, escasez y quien sabe si nuevas violaciones a la propiedad privada.
La alta inflación que vive el país y los controles de precios han colocado al sector alimentos del país contra las cuerdas. Con unos costos de producción cada vez mayores y unos ingresos fijados por el control de los precios, los números azules han sido barridos de los estados financieros del sector alimentos. Los beneficios merman con la subida de los costos y unos ingresos constantes. Esta situación provoca una lógica disminución de la oferta y el cierre, el algunos casos, de algunos agentes del mercado.
Ningún agricultor o ganadero está dispuesto a sembrar o a beneficiar a sus animales con beneficios nulos o negativos.
A pesar de esto, el gobierno echa la culpa a los comerciantes que, ante las escasez, ajustan sus precios ante la brecha creada por el mismo gobierno, entre la oferta y demanda que dispara los precios. Los controles más severos sobre los precios no harán otra cosa que incrementar la escasez y dar pie al gobierno para seguir culpando a los empresarios del gran problema que ellos mismos han causado.
A tal nivel puede llegar está retórica, que no nos extrañe oír el decreto de estatización de algunos empresas del sector alimentos del país en los próximos días. Es una ocasión para el gobierno para seguir destruyendo la propiedad e iniciativa privada del país.
Si ésta situación es buscada, o es simplemente ineficacia ignorante, difícil es saberlo. Lo que sí está claro es que la única manera de acabar con la escasez, es liberando los precios y enfrentando luego la inflación reprimida generada por propio Banco Central de Venezuela; el cual incrementó en 2006 el circulante dinero en la economía en un 68% para dar sensación de bonanza durante el año electoral- uno de los fraudes del 3-D.
Ahora lo que viene es inflación, escasez y quien sabe si nuevas violaciones a la propiedad privada.
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