viernes, enero 02, 2009

El cupo de viajeros

Nunca fue una buena idea: desde el principio supimos que sería una oportunidad de negocio; a las casas de bolsa y a operadores cambiarios nunca les ha ido mejor, los que tienen acceso a dólares oficiales nunca se habían lucrado con tanta facilidad; y el cupo de viajero nos recuerda aquel famoso ta´barato dame dos, de los setentas y ochentas. Por tal motivo, y otros más oscuros, son pocas la quejas que la opinión pública tiene con respecto al control. No obstante, la reciente disminución del cupo de viajero nos tiene que llevar a considerar lo perverso de esta regulación.

La queja más frecuente es lo fastidioso del sistema, lo engorroso del papeleo, y lo humillación que significa justificar lo que nos corresponde por derecho, al fin al cabo, las reservas son propiedad de los portaderes de bolívares, no del Banco Central de Venezuela, quien sólo las administra.

La dismunición del cupo de viajero cercena la libertad de moviminentos. Una asignación pequeña puede impedir la realización de ciertos viajes, y eventualmente, con un agravamiento de la crisis y una nueva reducción, la salida del país ante cualquier circunstancia

A CADIVI hay que desmontarlo, es la única salida, en primer lugar para recuperar el valor del bolívar y su convertibilidad, y en segundo lugar para desmontar el control que sobre nuestra vidas ejerce el "gran hermano".

Espero que la reducción nos haga despertar del sueño aurguesado que no detiene en la lucha por la libertad.