jueves, febrero 14, 2008

La decadencia la veremos pronto

Tengo un deseo desde hace varios años, intensificado en 2002, y convertido en anhelo en 2004, un deseo que he expresado muchas veces: ver la decadencia del régimen chavista en primera fila. Muchos expertos en estas cosas me decían que, “cuando la noche es más oscura es porque se acerca el amanecer”, con lo cual, pensaba, la decadencia podía ser en cualquier momento, porque la noche ya hace tiempo que era cerrada.

Pensaba que sería una crisis económica la que daría al traste con el gobierno, como ocurrió en 1989 con el muro de Berlín, cuando la baja productividad de la sociedad clamaba por un cambio en el sistema. Sin embargo, en un país petrolero como Venezuela, tal escenario pasaba por la caída de los precios del crudo, cosa que no se avizora en el futuro cercano. Tal vez centramos mucho la atención en Europa del Este para buscar respuestas a cómo sería la decadencia del Socialismo Bolivariano. No obstante, en estos momentos creo que la respuesta está más bien en la decadencia de la civilización clásica. La decadencia del imperio romano puede ser una imagen más ajustada de lo que puede ser la decadencia del régimen. Creo que Roma está mas cerca que Berlín.

Algunos, como el economista austriaco Ludwig Von Mises, pensaban que Roma se desplomó como consecuencia de los precios máximos que el gobierno fijó a los alimentos para detener la inflación.

La inflación surgió en Roma por el envilecimiento de la moneda, cuando el gobierno en los siglos III y IV la acuñó de tal manera, que su valor relativo con respecto a los alimentos disminuyó, aumentando los precios de estos (y todos) bienes . (Y es que a inflación no significa únicamente que los precios suben, sobretodo significa que la moneda vale menos, con lo que hay que entregar mayores cantidades de ella, para obtener los mismos bienes de antes.) ¿Por qué el gobierno romano imprimó tanta moneda? Por lo mismo que lo ha hecho el gobierno socialista en Venezuela desde 2001 hasta nuestros días, para ganarse a los votantes. (El gobierno bolivariano ha impreso dinero a una tasa promedio de 53% anual desde 2001)

Los frutos de esta siembra han sido la falsa bonanza y la inflación. Como la cura es dolorosa, ya que implica dejar a un lado la impresión de moneda, la salida políticamente fácil son los controles de precios que generan, han generado y siempre generaran desabastecimiento. En Roma los controles de precios arrasaron con la agricultura y el comercio, las ciudades quedaron desabastecidas y los habitantes tuvieron que huir desesperadamente al campo para sembrar lo necesario para comer. La descoordinación y las distorsiones del control de precios socavaron las bases del imperio.

Creo que estos día vivimos en Venezuela una situación que no puede ser más similar a lo que ocurrió hace dos mil años en Roma, y creo que no es Berlín sino en Roma donde se cocinó en el pasado la caída del régimen. En pleno boom petrolero, las distorsiones del control de precios nos están llevando una situación desesperada de escasez que no es mediática (que quien así piensa es porque no hace mercado). Los venezolanos ya estamos cansados de la situación, y no serán la invasores bárbaros, sino los mismo ciudadanos, quienes empiecen a luchar por un cambio.

La situación posiblemente se haya aminorado por el desmontaje del control que se ha hecho en algunos bienes como la harina de maíz, y la leche en alguna de sus presentaciones. Sin embargo, la militarización de la frontera para luchar contra el contrabando, la militarización y las confiscaciones de alimentos en los estados fronterizos, y la acusación del gobierno hacia la industria achacándoles la culpa, no arreglará en nada la situación.

Creo que voy a ver la decadencia en primera fila, porque espero que la situación se haga insostenible este año. Es impresionante como errores del pasado se vuelven a cometer con mayúscula ignorancia. Ya Mises lo había dicho en los años cuarenta “el intervencionismo económico y su corolario político, el gobierno dictatorial, descompusieron la poderosa organización de aquel imperio, como también, en el futuro, lo harán con cualquier otro régimen social”

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