jueves, septiembre 21, 2006

Imperceptiblemente acostumbrados

Los sistemas económicos en estado puro son difíciles de encontrar, lo mas frecuente es toparse con matizaciones de los extremos capitalista o socialista. En el primero el mercado dirige la economía y en el segundo lo hace el Estado. Dado el actual debate- o mejor dicho ausencia del mismo sobre tales extremos, y siendo uno de tales “la oferta electoral” de uno de los candidatos, creo mas que conveniente la necesidad analizar que tan cerca nos encontramos de uno u otro extremo. ( No valoramos la superioridad de uno u otro ya que es cosa harto sabida y sin necesidad de demostración por ser evidente).

Si consideramos como pilares del capitalismo el sistema de precios y la propiedad, y contrastamos ambos pilares con nuestra realidad, no es descabellado concluir que la cercanía con el socialismo es mas real que ficticia. Las políticas de controles de precios, las invasiones de tierras y las tomas de fábricas no son otra cosa que la oferta electoral de unos de los candidatos y la esencia de la transición de un sistema a otro. Desde hace ya mucho toda la política económica ha ido directamente encaminada a acabar dichos pilares del antiguo régimen.

Desgraciadamente los efectos de tales políticas socialistas no se han hecho sentir en los bolsillos de los venezolanos por los efectos alucinógenos que ha generado el ingreso petróleo, que haciendo las veces de “opio del pueblo” nos has privado de saborear las amargas consecuencias del socialismo. Imperceptiblemente vivimos con aquello que detestamos, acostumbrándonos imperceptiblemte al nuevo sistema.
Cuando el opio acabe y el socialismo se haga inviable, ojala sepamos volver lo andado restituyendo las condiciones para un verdadero desarrollo.

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