lunes, noviembre 13, 2006

La corrupción

Como sociedad estamos en decadencia. Somos después de Haití, el país más corrupto del continente. Y cuando digo somos, no me refiero solo a la clase política gobernante, sino a todos los que de una u otra manera colaboran con la corrupción o la propician. Desde el estudiante de secundaria que se copia, hasta los contratistas que pagan comisiones para obtener contratos del gobierno.

El problema de la corrupción no es nuevo en Venezuela. No es consecuencia de la cuarta ni de la quinta, sino del sistema cultural y moral sobre el cual se han asentado ambas repúblicas: donde el oscurecimiento de las conciencias, el pago de extorsiones, el clientelismo político y la trampa ha sido la norma dominante.

No es para nadie una novedad que en gran medida la quinta república es consecuencia de la corrupción de la cuarta, que sembró en el pueblo desconfianza y menosprecio hacia los gobiernos y sus representantes; generando un debilitamiento de las instituciones y un desprecio hacia la vida política que, allanó el camino para este gobierno.

Tampoco es novedad que los gobiernos autoritarios, poco transparentes, permisivos y sin controles democráticos pavimentan el camino para el florecimiento de la corrupción. (En tal sentido se podría pensar, que este tipo de gobiernos son un nuevo estadio en el desarrollo de la corrupción, un nuevo paso hacia la total decadencia de la sociedad).

Esta claro que la democracia puede ayudar a combatir la corrupción más que los gobiernos autoritarios. Sin embargo, la batalla contra la corrupción es una batalla individual que se libra en las acciones libres de las personas. Para ello la educación en la libertad responsable es fundamental. (En este sentido la familia y los líderes religiosos deben jugar un rol de primer orden. Están llamados a ser los censores morales de la sociedad).

Sin ese cambio en las acciones individuales, seguiremos siendo una sociedad en decadencia, donde el acto virtuoso se convierte en motivo de burla y extrañeza, tanto entre los estudiantes como entre los políticos. La corrupción acabó con la cuarta, genero la quinta y seguirá existiendo mientras cada venezolano no se “atreva a cambiar”.

2 comentarios:

FAOS dijo...

La corrupción es, sin duda alguna, una de los problemas mas importantes que enfrenta nuestra sociedad. Aparte de los argumentos presentados por Ángel, que se refieren en mayor medida a la cultura del venezolano, hay importantes argumentos económicos. Por ejemplo, la corrupción se traduce en el desperdicio de valiosos recursos gubernamentales que se deberían destinar a mejorar la calidad de vida de todos los venezolanos, en costos “de transacción” que desestimulan la actividad económica, y en privilegios a personas y empresas con poca capacidad técnica y muchos contactos.
La visión que Ángel presenta sobre el tema se centra principalmente en el aspecto moral, y atribuye las causas de la corrupción a la reciente del venezolano. De hecho algunos autores (Stein y Stein, 1970, por ejemplo) van mas allá y afirman que no solo esto es cierto, sino que estos males tienen su raíz en nuestra historia colonial, que esperanza!
Sin duda esta visión representa una buena parte de las causas de la corrupción y corregirla una buena parte de la solución. Sin embargo, mi visión (que creo contribuye y no pretende sustituir lo antes discutido) es mucho mas pragmática, pues parte de la idea de los incentivos.
Si uno mira nuevamente los ratings de corrupción mencionados por Ángel, se va a encontrar que los países mas desarrollados están (y han estado desde que comenzaron a tomar el índice) por encima (menos corruptos) que los países en vías de desarrollo. Por que? Será que son mas puros? Será que su fibra moral es mas fuerte? Que tienen mejor cultura, o educación en sus casas? Yo me atrevería a decir que no.
Por el contrario, mi historia alternativa es que dentro de su proceso de desarrollo económico estos países han trabajado muy fuerte en el diseño de sus instituciones. Lograr un buen esquema institucional se convierte en tanto un fin para lograr mayor desarrollo como una consecuencia de l mayor nivel de desarrollo. Con “el diseño” me refiero particularmente a cambios en los incentivos que enfrentan los empleados del sector publico para lograr que, por ejemplo, robar ya no valga la pena porque se pueda perder un trabajo bien remunerado o trabajar efectivamente sea deseable para lograr un bono al merito a final de ano.
El ejemplo que mejor ilustra esto es el de Nueva Zelanda, donde al presidente del Banco Central, responsable máximo del control de la inflación, le es fijado el salario en términos nominales a principios de su mandato sin ninguna posibilidad de ajuste. De tal manera, la autoridad máxima sufre en su hogar, de primera mano, los embates de la inflación.
Si uno mira la Venezuela de hoy, los incentivos que enfrentan muchos de nuestros empleados públicos parecen ser pro-corrupción: malas remuneraciones, pocas posibilidades de ascenso sin tomar posiciones políticas, una bajísima probabilidad de ir a la cárcel por corrupción y, como bien dice Ángel, una infinidad de ciudadanos que les ofrecen dinero por violar la Ley. Hace falta un tremendo hombre, como los hay muchos, para decir que no a todas estas tentaciones!
La lucha contra la corrupción si tiene que empezar por la lucha en casa y en las escuelas, por los valores, pero tiene que complementarse por un cambio en los incentivos que enfrentan los que rigen los procesos y los que deben hacer cumplir las reglas, para que este en su propio interés hacer lo correcto.

Angel Alvarado Rangel dijo...

Muchas gracias Federico por tus comentarios. Me los esperaba y me das ocasion para seguir hablando del tema.

Estoy totalmente de acuerdo con el tema de los incentivos: aumentar los costos marginales de incurrir en actos corruptos y/o aumentar los beneficios marginales de no incurrir en ellos, modificando asi la conducta de los funcionarios, buscando que no se aprovenchen de su cargo para lograr beneficios privados.

Moralmente eso se llama evitar las ocasiones de incurrir en un acto objetivamente malo; o sea, evitar que el borracho se acerque al bar... Si modificas los incentivos del borracho dejara la bebida, o bebera menos.

Si me piden que disminuya la corrupcion en Venezuela créeme que lo primero que haria seria atacar los incentivos. Sin embargo, mi dolor es, por qué estamos tan mal si nuestro abuelos eran incapaces de cogerse un bolívar? Por qué ahora necesitamos incentivos y antes no?

Definitiavamente, el Estado no te puede obligar a ser bueno, te puede obligar a ser justo. Con los incentivos buscamos que la gente sea justa. Mi articulo buscaba que la gente se planteara ser buena.

Lo ciero del caso es que somos uno de los paises mas corruptos del mundo. Y para salir de este foso debemos mejorar nuestro diseño institucional, pero tambien buscar que los venezolanos tengan una moral mas parecida a la de nuestro abuelos.