Si hacemos un balance
económico de lo que han sido los primeros 100 días de Nicolás en el poder,
resulta difícil entender cómo un presidente con la bonanza petrolera más cuantiosa
y larga de la historia de Venezuela ha logrado sumirnos en un estilo de vida
que no es vida y que afecta directamente al presupuesto familiar.
Empecemos por la inflación, su
más importante legado. En los primeros 100 días de Nicolás, la inflación se duplicó
-de 7,1% (Enero-Marzo 2013) a 14,3%- y las inflaciones acumulada y anualizada
alcanzaron el 21% y 37% respectivamente. De esta manera, Venezuela ha
conquistado la inflación más alta del mundo, con unas reservas internacionales
en picada que dan respaldo a sólo el 19% de nuestros Bolívares. Esta alta
inflación es la medida del crecimiento de nuestra pobreza, una expropiación
silenciosa al bolsillo de los venezolanos y, sobre todo, una gran injusticia
social porque al ser la inflación de los alimentos mayor al del resto de los
productos impacta un 10% más a los hogares pobres del país.
A pesar de los anuncios que
llevaron al aumento del salario mínimo en mayo(2.457 Bs.F), con Nicolás en el
poder la canasta alimentaria lo ha superado (2.737 Bs.F). Un hogar venezolano
con un solo ingreso familiar sólo puede comprar el 90% de los alimentos de la
canasta, y si el hogar se encuentra en ciudades como Maracaibo o Caracas, la situación
es aún más dramática: solo 79%.
Si revisamos las cifras de
escasez, el escenario es todavía más desalentador. La escasez en los primeros
100 días de Nicolás es la más alta de los últimos 5 años, superior al 20% y 33%
más alta que el promedio del año anterior. Además, en este caso nuevamente se
incrementa la injusticia social: en establecimientos como MERCAL, la escasez
alcanza el 63%. .
Aunque aún no tenemos cifras
oficiales de producción para el segundo trimestre del 2013, la caída en marzo de
un 11% en la manufactura y la escasez de divisas y materia prima sólo revelan una
cosa: a pesar de la bonanza petrolera, Nicolás metió a la economía venezolana
en la estanflación.
Para salir de la estanflación –alta
inflación mientras la economía se contrae- requiere dos medidas fundamentales:
i) un orden monetario estricto que devuelva el valor y la confianza en el Bolívar,
lo cual implica un Banco Central serio y competente con metas de inflación
creíbles y ii) liberar la economía de tantos controles innecesarios para que el
emprendimiento, la competencia y la libre iniciativa llenen los anaqueles de
productos venezolanos.